Instante perenne

Óleo sobre lienzo

Óvalo — 30 x 40 cm

2021

En lugar de que seamos nosotros quienes volvamos y vivamos atorados en los tiempos pretéritos, debemos aprender del pasado, aceptarlo, reconocerlo y traerlo al presente con nosotros mismos cuando sea necesario. Rendir tributo al pasado es responsabilidad de cada quien. Entender que el pasado sirve como constante recordatorio del presente es un reto y utilizarlo como herramienta para el futuro es aún más intrigante. Si, y solamente si somos conscientes de la fragilidad del tiempo y la relación entre su composición tridimensional —pasado, presente, futuro— logramos apreciar con felicidad el momento y distinguir que cada uno de éstos dura, de cierta forma, para siempre.

Es así que ‘Instante perenne’ engendra una imagen de aparente contemplación y calma. La figura femenina, enajenada de cualquier estímulo de estrés, coexiste y convive con el tiempo. Una luz emitida detrás suyo alumbra su pasado —sus sombras— a las cuales observa con paz, sabiendo que mirar atrás no le hará ningún daño, pues su pasado la tiene liberada. El espectador observa el retrato de una mujer a contra-luz, sin saber que este resplandor es su futuro. No obstante, ella parece estar suspendida en el tiempo, estática y centrada en el presente, y compartiéndole su atención al pasado. En cualquier momento puede dar media vuelta y seguir en su viaje perenne: continuo e ininterrumpido.

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